La humanidad siempre ha buscado la forma de comunicar sus ideas mediante la escritura, por eso, ha inventado diversos objetos que la facilitan, por ejemplo, plumas con tinta, lápices y bolígrafos.
De todos ellos, los últimos son los más prácticos, al punto de que son los regalos promocionales más comunes alrededor del mundo y más porque se pueden personalizar.
Pero ¿sabes cuál es la historia de los bolígrafos? En este post te contamos de dónde procede este objeto, quién es la mente detrás de este invento y por qué se llaman así.
El origen de los bolígrafos
Si bien se popularizaron en el siglo XX, la historia de los bolígrafos y su empieza en el siglo XIX cuando se inventó un objeto que hoy día se considera como precursor del bolígrafo.
Retrocedamos en el tiempo hasta el año 1888 cuando en Estados Unidos, John J. Loud patentó una pluma que incorporaba una punta en forma de bola que era usada especialmente para el marcado de mercancía.
A pesar de las mejoras que hizo sobre su invento, este no pudo competir con la pluma tradicional que se usaba como objeto de escritura.
En 1892, aparecía en escena Evans, quien tuvo la idea de cambiar la bola del invento de Loud por una ruedita. Pero había un problema, esta se alimentaba de la tinta que estaba en una almohadilla, así que su funcionamiento era similar al de la pluma.
Todas estas iniciativas fueron dando forma a la idea de lo que hoy día es el bolígrafo, el merchandising por excelencia, pero aún faltaba un poco para que adoptara su forma y mecanismo de funcionamiento final.
¿Quién inventó los bolígrafos?
La historia de los bolígrafos modernos indica que estos fueron inventados en Buenos Aires (Argentina) por el húngaro Laszlo Biro (Ladislao Biro) el 10 de junio de 1943, con la ayuda de su hermano Georg Biro.
Laszlo trabajaba para una revista en Budapest (Hungría) y un día visitó la imprenta donde esta se imprimía. Ahí, vio una tinta de secado rápido y pensó que sería una buena idea emplearla para no manchar el papel al corregir las pruebas.
Esta idea fue comunicada al químico Georg Biro y ambos comenzaron a trabajar en ella en la década de 1930.
Sin embargo, con la llegada de los nazis, ambos hermanos -de origen judío- tuvieron que dejar Budapest y emigraron a Argentina junto a su socio Juan Jorge Meyne.
Al emigrar, no solo llevaron sus maletas, sino también sus ideas, por ello, en suelo suramericano, terminaron de desarrollar su invento y Laszlo (ahora Ladislao) lo registró y patentó en la oficina de patentes de Buenos Aires el 10 de junio de 1943.
Fue en esa misma ciudad donde los hermanos Biro conocieron al financiero inglés Henry Martin, quien al constatar que se trataba de un invento funcional, se puso en contacto con Frederick Miles y juntos montaron una fábrica de “palos de escribir” en Inglaterra.
Sin embargo, aún había un problema: la tinta. Se necesitaba una tinta que se secara sobre el papel de forma instantánea, la cual sería inventada por Franz Seech.
De acuerdo con la historia de los bolígrafos, fue la unión entre los Biro y Seech la que dio paso al boli o pen mundialmente usado hoy día y que cada año se entregan como detalles originales de empresa.
¿Por qué se llaman bolígrafos?
Originalmente, cuando Biro patenta su invento, este es lanzado al mercado como Birome, un acrónimo formado por las sílabas iniciales de Biro y Meyne.
Y aunque se le ha conocido con distintos nombres, el término «bolígrafo» es uno ampliamente usado en diversas partes del mundo, incluyendo España.
¿De dónde viene el nombre? De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española de la RAE, bolígrafo viene de los términos bola y grafo, y se define como “instrumento para escribir que tiene en su interior un tubo de tinta especial y, en la punta, una bolita metálica que gira libremente”.
Los bolígrafos personalizados, el secreto para promocionar tu marca
Los bolígrafos personalizados forman parte de los regalos que frecuentemente se entregan como material publicitario por parte de empresas y negocios de distintas ramas.
Y es que son perfectos para promocionar una marca de una forma sencilla y económica porque son regalos de empresa baratos y muy prácticos.
Las ideas de personalización son muchas, puedes incluir desde el logo de tu empresa, tu eslogan, dirección, sitio web, hasta una dedicatoria si se hace el regalo como parte de una fecha o evento especial.
Para personalizar uno de ellos con fines comerciales, se pueden tomar bolígrafos clásicos y plasmar sobre ellos lo que quieras, aunque si quieres también puedes tomar cualquier otro modelo, quizás más novedoso.
En ambos casos, el resultado será bolígrafos originales personalizados que impactarán y que harán que tus clientes siempre te recuerden.
Estas y más son las razones para regalar un bolígrafo en cualquier momento del año. ¿Quién no necesita un boli? No importa el fin, siempre es bueno tener uno a la mano, por eso, al obsequiarlos estarás entregando un detalle práctico, funcional y a la vez estarás haciendo publicidad a tu marca.
Codés
Mi nombre es Codés (lo sé, nombre peculiar donde los haya), soy publicista de formación y copywriter de profesión.
En esta etapa laboral he tenido la suerte de dar con Grupo Billingham, una de las empresas de referencia en el sector de los regalos personalizados y artículos publicitarios. Aquí me encargo de crear artículos relacionados con los regalos publicitarios, personalizados y de merchandising con el objetivo de que sean útiles y prácticos para nuestra audiencia, ¡cosa que me encanta! Los viajes y la lectura son dos de mis grandes pasiones, ¡siempre me verás planeando el próximo viaje con un buen libro bajo el brazo!